lunes, 19 de enero de 2009

Amor, Amor, Amor




Jamás había presenciado un número tan bizarro en el puticlub del polígono: casi doscientos kilos de bailarina burlesque contorneándose en el escenario, delante de mis ojos. El maquillaje, como era de esperar, exagerado. El pelo, de plástico negro, brillane, con el flequillo recto y corto. Las joyas, falsas. El corsé vintage mínimo, incrustrado dentro de dos pechos demasiado grandes para cualquier mano humana. El espectáculo, grotesco.
Tras el dantesco baile, la llevé a una de las habitaciones de la primera planta. Pagué cuatrocientos euros por quedarme a solas con ella. Bebimos Cointreau con zumo de piña y taquitos de manzana (porque la Von Teese lo hace así, a pelo, y a ella le encantaba) y hablamos durante más de dos horas tumbados en una cama de agua con sábanas atriguesadas. Fue divertido. Me enseñó toda su colección de lencería XXL y ví una foto de su abuela peinándose la barba. Justo antes de que la manta de pelo rosa se convirtiera en nuestro único abrigo, le confesé mi extraña afición por introducirme clavos y objetos punzantes por la nariz. Lejos de asustarse, a ella le pareció una habilidad increíble para su futuro marido. Lo que viene a ser un amor a segunda vista.


Pronto nacerá un retoño, que no sólo aumentará nuestra familia, sino que nos hará muy felices. Si es niño, nos gustaría que fuera faquir. De momento, hemos encargado una cunita llena de pinchos...después, que haga lo que quiera con su vida.

No hay comentarios: